Los muñecos de ventrílocuo dan miedo. A pesar de que todos nos acordemos de los populares "Monchito", "Rockefeller" y "Macario" de José Luis Moreno (el ventrílocuo nacional por excelencia), o también Mari Carmen y sus muñecos, con el pato "Nicolás", el león "Rodolfo" y su gran estrella "doña Rogelia". El humor no es el sentimiento más común en este tipo de engendros. Al fin y al cabo se trata de dar vida, ponerle voz a un muñeco, pero siempre dependiente de su dueño, de su ventrílocuo. Algo realmente interesante que indujo a la sofisticación desde finales del siglo XIX, tanto en la técnica de construcción como la del propio ventrílocuo, y que ha dado lugar a infinidad de muñecos parlantes, verdaderos autómatas que el cine no ha obviado.
Tengo que reconocer que los muñecos (y muñecas no inflables) me dan grima. Cuando te los encuentras a solas, en determinadas circunstancias y mirándote fijamente, lo que menos se me ocurre es sonreir. Normalmente les sacudo una patada para alejarlos, o bien me alejo. Quizás muchas películas me hayan influido en ese sentimiento, pero lo cierto es que te entran ganas de patearlos hasta borrarles esa enorme sonrisa y cerrarle los putos ojos poseidos.
Pronto se estrenará "Dead Silence", una película cuya trama gira alrededor de un muñeco de ventrílocuo y, por supuesto, dará más de algún susto. No en vano, está detrás de la historia James Wan, director de la originaria "Saw", que ahora vuelve con ánimos remozados para hacer saltar a los espectadores de la butaca y encoger sus corazones. La película cuenta la historia de Jamie y Lisa Ashen, una pareja que se muda a un pueblo perdido en dónde ella será asesinada. El marido buscará al asesino y se topa con la leyenda local de un ventrílocuo asesino. La mirada del muñeco de marras lo dice todo. Seguro que más de un susto nos depará.
Mirando atrás recuerdo algunos otros muñecos de ventrílocuo que nos ha dejado el cine, que también provocaron (y siguen haciéndolo) acojonamiento en su visionado.
Lon Chaney protagonizó uno de los primeros ventrílocuos del cine en "The Unholy Three" ("El trío fantástico", 1925), donde se mezclaban actos de travestismo, brutalidad (un enano golpea a un niño desfigurándolo) y ventriloquía a través de un loro y un muñeco. Curiosamente Chaney falleció tras rodar un posterior remake de la misma (en 1930) de un cáncer de garganta.
El gran Eric von Stroheim protagonizó "The Great Gabbo" en 1929. Un excepcional y malévolo ventrílocuo que se comporta mejor con su adorado muñeco Otto, al que no le cae simpática Marie, la compañera de Gabbo. Ella acaba dejándolo porque se quiere convertir en una estrella en Broadway. Mientras Gabbo intenta que regrese, el muñeco Otto se va apoderando de su propia personalidad. Un drama sobre un hombre emocionalmente reprimido. Esta película tuvo mucha influencia en historias posteriores sobre muñecos y sus ventrílocuos, por lo que es una auténtica joya, ya que además von Stroheim dirigió parte de la misma.
"Dead of Night" ("Al caer la noche", 1945) fue otra exitosa y destacable película con muñeco parlante incluido. Producida en los estudios británicos Ealing y dirigida por Alberto Cavalcanti, aglutina varias historias de misterio y horror, siendo una de ellas la de un muñeco de ventrílocuo que controla a su poseedor. Está considerada un clásico del fantástico, con gran encanto y es una de las primeras películas que recopila historias cortas de tintes terroríficos. El último capítulo de la cinta está protagonizado por Michael Redgrave, que da vida un artista que es dominado por su marioneta. Un cambio de roles sugestivo y espeluznante, atenuado por el aterrador rostro del muñeco y su resquebrajosa voz.
En 1964, Richard Gordon produjo "Devil Doll", otra producción británica, que cuenta la historia de "El gran Vorelli" un hipnotista y ventrílocuo, protagonizado por Bryan Haliday. Vorelli escapa de la isla del diablo junto con un científico con quien comparte el conocimiento de un proceso secreto para miniaturizar seres humanos. Con este planteamiento inicial, intentará más tarde transferir el alma de una mujer a su muñeco Hugo.
Un joven Anthony Hopkins protagonizó otra historia de ventrílocuos muy conocida: "Magic" ("El muñeco diabólico", 1978) dirigida por Richard Attenborough y basada en una novela de William Goldman. Se narra la manida relación entre el muñeco y su antagonista ventrílocuo. Es la trágica y oscura historia de Corky, un mago novato incapaz de trabajar solo, que carece de encanto, personalidad y seguridad en sí mismo, por lo que prepara un espectáculo de ventrílocuo con un muñeco llamado Fats, que le supone un gran éxito. Cuando acude al amor de Peggy Ann, el control que tiene Fats sobre Corky no es nada en comparación con sus celos y temor a ser reemplazado.
También han existido otras obras mencionables, como un capítulo de la serie de televisión "Alfred Hitchcock presenta" (1955), titulado "The Glass Eye" y protagonizado por Jessica Tandy, que obtuvo un Emmy y se considera como una verdadera obra maestra.
Ya saben, ándese con ojo avizor cuando se topen con uno de esos malditos muñecos.