27 feb 2007

Liz Taylor, 75 años brillando



Una de las más rutilantes estrellas clásicas del cine cumple hoy 75 años. Elizabeth Rosamund Taylor ha sido durante varias décadas una de las actrices más prestigiosas y brillantes del firmamento de Hollywood. Una de las últimas genuinas divas, una leyenda y uno de los rostros más bellos de la historia del cine.


Aunque inglesa de nacimiento, Estados Unidos fue su hogar desde muy joven, y donde el mundo del celuloide la acogío con tan sólo diez años. Su belleza natural y poseedora de unos impresionantes ojos violetas, fueron la llave que la catapultó desde sus primeros papeles. Debutó en "There's one born every minute" (1942) con la Universal, una comedia mediocre para ser contratada por la Metro, en donde se convirtió enseguida en una mimada niña prodigio.

Durante la década de los cuarenta, protagonizó grandes éxitos como "La cadena invisible" (1943), junto a la famosa perrita Lassie, o "Fuego de juventud" (1944), a partir de la cual, su talento interpretativo fue aún más considerado. Su fama no dejó de crecer y sus papeles de jovencita adorable se repitieron, hasta sobresalir en "Mujercitas" (1949).


El paso de niña a mujer, transformaría no sólo su aspecto físico sino también su trayectoria. Sería la década que fojaría su fama, por un lado por su belleza y, por otro, por sus innumerables romances fuera de la gran pantalla. Además de protagonizar grandes películas inolvidables. S confirmó como una gran intérprete con obras como "El padre de la novia" (1950), "Un lugar en el sol" (1951), "Ivanhoe" (1952), "Gigante" (1956), "La gata sobre el tejado de zinc" (1958, en uno de su más memorables personajes) y "De repente, el último verano" (1959). Logró varias nominaciones al Oscar, logrando ganarlo en 1960 con "Una mujer marcada".


En la década de los sesenta participó en la megaproducción "Cleopatra" (1963), junto a Richard Burton con quien vivió un apasionado romance y, junto al que trabajó en varias producciones como "Castillos de arena" (1967) o "¿Quién temea a Virginia Woolf?" (1966), por la que logró su segundo Oscar.


En los años siguientes su carrera fue menos productiva, trabajando más en producciones televisivas, teniendo que dedicar mucho tiempo a luchar contra graves enfermedades como el cáncer y el sida. En los últimos tiempos, ha estado volcada en causas solidarias y labores humanitarias (Oscar honorífico en 1992 por su campaña de lucha contra el sida).

Mención aparte habría que hacer a su también intensa vida sentimental, tan prolífica como sus operaciones estéticas, ya que se ha casado ocho veces, la primera con tan sólo 18 años y, dos de ellas con Richard Burton, lo que le otorgó más fama si cabe.


Para celebrar su 75 cumpleaños, Liz ha posado acompañada de un oso de 272 kilos, para un prestigioso fotógrafo (Bruce Weber), imágenes que serán publicadas, junto a otras inéditas, en "Interview", en su próximo número que estará dedicado íntegramente a la actriz.

23 feb 2007

Moteros salvajes de pacotilla


Hacía tiempo que no me alejaba algunas manzanas del edificio del gabinete. Eso de tener tan cerca un bar nocturno donde paso mis horas ociosas, me estaba convirtiendo en un ciudadano demasiado sedentario. Pero existe ciudad más allá y cogí el pasaporte. Al caer la tarde, me dejé llevar por mis pies. Sin rumbo. Sin mirar atrás. Sin destino. Con el único objetivo de despejar la mente, mirar culos femeninos distintos e ingerir whisky en otro recipiente que no fuese el habitual.

Siguiendo esta premisa, tras largo camino recorrido y obligado por la necesidad básica de evacuar líquido, entré en el primer garito. Afuera, el viento fresco de febrero y multitud de relucientes motos aparcadas. Dentro, un ambiente cargado de humo, rock y moteros de larga melena, brazos tatuados y pañuelo sujetando el cerebro. Era uno de esos puntos de encuentro de amantes de las Harley Davidson. Personajes ataviados de cuero, botas y tachuelas que se mueven en hordas ruidosas, izando la bandera de la independencia y bebiendo cerveza a litros. Mientras cruzaba el atestado bar, me fui impregnado de ese espíritu "easyrider" y del sudor de sus camisetas negras. Logré vaciar la vejiga por fin.

Una copa no me vendría mal, me dije. Así que intenté hacerme un hueco en la atestada barra donde los más ebrios gritaban y escupían piropos pornográficos a las inmutables camareras. Cuando engullía el primer trago, una botella mesobrevoló a menos de un palmo de mi cara. Me quedé congelado. Hierático como una sombra. En apenas dos segundos, varios "peterfondas" se estaban linchando mientras el resto los alentaban. Parecía la típica pelea de moteros en un bar motero, pero todo se complicó cuando alguien me señaló mientras apuraba mi último trago. Después todo fueron empujones y un asalto entre dos grupos desiguales. Todos contra cuatro. Logré escabullirme, todo un arte experimentado que tengo bien desarrollado. Me bastó dejarme caer y arrastrarme hasta la salida. No puedes evitar algún pisotón pero al menos mantienes los dientes en su sitio.

A la salida ya se agolpaban muchos curiosos y algún herido. Miré aquellas relucientes motos aparcadas y sin pensar, ni saber muy bien porqué, decidí subir a una de ellas. Su confiado propietario había dejado las llaves puestas. O eso, o estaba lo suficientemente cerca como tener vigilada su Harley. Por la puerta del garito salieron despedidos una docena de guerreros. Entre ellos, estaban los cuatro que parecían haber iniciado la batalla. No eran igual que el resto. Cincuentones disfrazados. Uno de ellos, con gran parecido a John Travolta, se me acercó y se subió detrás mientras gritaba ¡vámonos!, arranqué la moto, los otros tres arrancaron las suyas y salimos quemando ruedas.

Cuando nos alejamos lo suficiente busqué refugio en una gasolinera a las afueras de la ciudad, nadie nos seguía. De momento. Los cuatro jinetes del apocalipsis me explicaron que no eran moteros auténticos, cosa que saltaba a la vista, sino un grupo de amigos aburguesados que habían decidido romper con sus rutinarias vidas y buscar aventuras en un viaje en moto. Habían elegido esa forma de libertad que te otorgan las dos ruedas en la soledad de la carretera, pero la realidad les estaba superando y no estaban preparados para ello.

A lo lejos se oía el rugir de una manada que se aproximaba. Los cuatro amigos, casi sin despedirse, arrancaron y salieron a toda mecha. Les intenté avisar, pero era demasiado tarde. Se habían olvidado los cascos. Vi como se aproximaba, encabezando la marabunta de iracundos moteros, uno que señalaba al frente. Parecía encendido, no tanto como el motorista fantasma pero con la misma mirada de Terminator. Mucho tendrían que correr los cuatro colegas si quería escapar sanos y salvos. Que les vaya bien, les deseé.

Mientras, se acercó el empleado de turno, un tipo maduro de uniforme, secándose las manos con un viejo trapo y luciendo una amplia sonrisa. Me dijo mirando el espectáculo: "Espero que en la película les vaya mejor, porque sino van a acabar sacrificados como cerdos salvajes". No entendía nada. Pero, intuí que aquellos cuatro se habían escapado de la gran pantalla.


21 feb 2007

Pero esos guerreros son más que hombres... son espartanos.




EXT. PROXIMIDADES DEL DESFILADERO DE LAS TERMÓPILAS - NOCHE
Estamos en el año 480 a.C. El calor del verano queda ligeramente paliado por una suave brisa marina. El campamento formado por 300 guerreros está en calma. Unos descansan, otros miran las estrellas, y algunos cuentan historias de viejas batallas mientras acarician sus escudos.


STRANGELOVE es escoltado por dos hoplitas espartanos hasta LEONIDAS, el rey de Esparta. Éste permanece en pie apoyado en su lanza. Guarda silencio y observa fijamente el horizonte.


DR. STRANGELOVE: Buenas noches Leónidas. ¿Está la noche calurosa, verdad?


LEONIDAS se gira para responder a su invitado. Se sienta sobre una roca. Aguarda unos segundos.


LEONIDAS: Le agradezco su buen humor. Sé que no es fácil entender qué puede hacer usted aquí, justo antes de una batalla cruenta. Pero, después de escuchar el oráculo, he invocado a los dioses para que alguien sea testigo de lo que va a ocurrir. Le han elegido a usted.



Una pequeña antorcha ilumina el rostro del rey de Esparta.



LEONIDAS: Al amanecer, los diez mil inmortales de Jerjes, rey de Persia, nos atacarán. Mis guerreros ya están advertidos y preparados. La lucha será desigual. Ellos sólo son hombres y nosotros somos espartanos. Ellos utilizan cobardes arcos y flechas y nosotros lanzas y escudos...



STRANGELOVE tose deliberadamente.



DR. STRANGELOVE: Disculpe. ¿Es consciente de que se trata de un suicidio en toda regla? No podrán contenerlos mucho tiempo. Son más numerosos y al final sus 300 espartanos acabarán cediendo, uno tras uno. Por mucha valentía y arrogancia que disponga, no le será suficiente.



LEONIDAS: ¿Duda de un espartano? Usted no sabe quiénes somos. Un espartano no se rinde, está preparado para la guerra, es fuerte y su único objetivo es pisar la sangre del enemigo. Somos buenos guerreros y grandes estrategas para la batalla. Mañana mermaremos la moral de los persas. Se encontraran con nosotros en el único paso que tienen: el desfiladero de las Termópilas. Allí cederán. La gloria nos espera al alba.



DR. STRANGELOVE: Mi oráculo particular me dice que será recordado durante mucho tiempo. Historiadores de todas las épocas, escritores, narrarán esta situación. Incluco la batalla será ilustrada, como no se imagina, por un dibujante de mi época. Y poco después, una película, pondrá movimiento y sonido a esas ilustraciones. Su historia se perpetuará. De eso puede estar tranquilo.



LEONIDAS le escucha atentamente. Con mirada lacónica, sus ojos denotan valentía y arrojo. Coge un puñado de piedras y las estruja con fuerza. De su cuello caen algunas gotas de sudor que se extienden por el pecho. Su ardor guerrero queda alentado por trescientos hombres que le seguirán y no se rendirán ante nada. Agarra con fuerza su yelmo y lo mira fijamente. Se lo coloca. De un salto se pone en pie, empuña su lanza y la clava con fuerza en el rocoso suelo a la par que grita arengando:



LEONIDAS: Jerjes ¡muere!



EXT. CUMBRE DE LAS TERMÓPILAS - AMANECER



STRANGELOVE se aleja lentamente. Sube por un escarpado camino hasta situarse en lo más alto del desfiladero. La brisa se atenúa, mientras las olas cercanas rompen mansamente. El amanecer es inminente. La batalla va a dar comienzo.



19 feb 2007

Ray Liotta conduce ebrio y otras hot news


Ray Liotta ha sido detenido este fin de semana por conducir ebrio. Según la policía de Los Ángeles, el actor fue arrestado tras chocar su todoterreno con otros dos vehículos aparcados cerca de su casa, en el lujoso barrio de Pacific Palisades. No sabemos si venía de botellón, pero sí que ha quedado libre bajo fianza y con su nombre multiplicado en los rotativos de medio mundo.



Por otra parte, el escándalo levantado por Ralph Fiennes admitiendo un desliz sexual, en pleno vuelo hacia la India, ha trascendido un poco más si cabe. La azafata de la compañía australiana Qantas, que ha desvelado públicamente su encuentro sexual en los baños del avión con el actor, ha sido despedida. A pesar de negar los hechos al principio, tras la denuncia del resto de tripulación, ha declarado a un rotativo británico que, efectivamente, realizaron el acto sexual, además de repetir después en el hotel. Ella reconoce que no fue un comportamiento adecuado pero no se arrepiente de nada. Un polvete rápido con una estrella de cine en pleno vuelo transoceánico no está bien, pero tampoco que sus compañeros den el chivatazo.



La actriz Uma Thurman, que recientemente había declarado, sin mucha trascendencia, que se planteaba dejar su profesión para dedicarle más tiempo a sus hijos, ahora declara que le cuesta ligar: "Sinceramente, los hombres casi nunca me dicen piropos, y si lo hacen, no son los adecuados". Mujer, primero te quieres alejar del cine para ser mejor madre y ahora dices que no ligas. Hay que aclararse primero. Aunque lo de los piropos es sencillo, pásate por aquí y lo solucionamos.


Por último, destacar que el famoso halcón maltés, de la película homónima protagonizada por Bogart, ha desaparecido de nuevo, en unas extrañas circunstancias. Como si fuese una secuela escrita por el propio Dashiel Hammet, resulta que una valiosa réplica de la mítica escultura ha sido robada de un famoso restaurante de San Francisco. La copia del halcón se encontraba expuesta en una vitrina, junto a otros objetos en homenaje a Hammet, y el ladrón consiguió forzar la cerradura de noche, dejando huérfanos a muchos mitómanos. El propietario del local ofrece una suculenta recompensa, así que no sería de extrañar que algún detective,, en plan Sam Spade, se lance a investigar, para recuperar la pieza.

15 feb 2007

Niños en el cine: ¿futuras estrellas? (Parte II)

En la segunda (y última) tanda del particular ranking de la web californiana Dose, se hace un repaso, esta vez, a los fracasos. Niños que tras saltar al estrellato no tuvieron continuidad y quedaron relegados al olvido. Aquellas jóvenes promesas que se apagaron son:


5. LINDA BLAIR. Su papel destacado de Regan, la niña poseída, en "El Exorcista" no fue agradecido, aunque se suponía que podría servirle para lanzarla a una carrera cinematográfica digna. Como el resto de promesas, comenzó con pequeños papeles en la televisión y en publicidad hasta que en 1973 acudió a una prueba para el papel de Regan, que obtuvo entre otras razones, por su extraordinario parecido con la actriz Ellen Burstyn, que interpreta a su madre en la película. El hecho de blasfemar gravemente tuvo su castigo (a pesar de lograr una nominación al Oscar) y no obtuvo continuidad con más películas de éxito. Además, sufrió amenazas de muerte derivadas de la polémica que suscitó el filme, lo que provocó que tuviera que estar una temporada alejada y protegida. Después, Linda continuó su profesión tanto en cine como en teatro y televisión, con ciertos deslices y sin lograr la notoriedad que la consagrase definitivamente.


4. JONATHAN LIPNICKI. Este jovencito (nació en 1990) saltó al estrellato gracias a "Stuart Little" (1999), película infantil con ratón animado, que logró gran éxito en taquilla. Aunque anteriormente ya debutó en la pantalla grande con "Jerry Maguire" (1996) junto a Tom Cruise, y apareció en "Dawson's Creek", popular serie televisiva. Protagonizó "The little vampire" (2000) y repitió junto al ratón "Stuart Little" en la secuela de 2002. Y poco más. Su fulgor se diluyó, al tiempo que su tierno físico de infante se transformó en adolescente. Actualmente estudia en California y juega al water polo con el equipo de su colegio.

3. MACAULAY CULKIN. Uno de los niños actores más famosos del cine contemporáneo. Su estrella se encendió gracias al grandioso éxito mundial de "Solo en casa" (y posteriores secuelas), llegando a ser considerado una gran promesa por sus cualidades y su físico angelical. Con "Mi chica" y "El buen hijo" mostró sus mejores aptitudes. Pero la adolescencia se presentó y la encarnizada lucha por su custodia (y su dinero) de sus padres separados, solo consiguieron hundirle. Tras un parón de seis años (1994-2000) sin trabajar en ninguna película, en 2003, Culkin regresó con la película "Party Monster". Pero ya no era aquel dulce niño que cautivó al gran público. Como agravante, toda una vida personal aderezada de problemas en forma de drogas. Fue detenido por posesión de marihuana y otras sustancias peligrosas (antidepresivos y otras píldoras sin receta), acabando con sus huesos en la cárcel. También tuvo que testificar en el caso de Michael Jackson (a su favor), ya que fue asiduo visitante de su rancho Neverland (confesó que no existieron los presuntos abusos).


2. MOLLY RINGWALD. Debutó con cinco años en montajes teatrales y después se incorporó a la serie televisiva "Fact of Life" (1980), para debutar en el cine en 1982 con "La tempestad". Pero su verdadero trampolín a la fama fue la comedia "Dieciséis velas" (1984), que la convirtió en una estrella del cine de adolescentes de los ochenta. Durante los siguientes años intervino en un buen número de comedias junto a otros famosos actores de su generación (Emilio Estévez, Ally Sheedy,...). Curiosamente rechazó los papeles principales de "Ghost" y "Pretty Woman", las que le hubieran impulsado, ya como estrella adulta. Deambuló por distintas series e incluso en algunas películas francesas, hasta acabar en "Townies" (1996), otra comedia televisiva que fracasó estrepitosamente y terminó de ahogar su carrera. Ha aparecido como secundaria en algunas películas más recientes, pero ha encontrado en el teatro un cierto alivio, donde trabaja actualmente.


1. LOS HERMANOS COREYS. Feldman y Haim fueron también grandes estrellas de los ochenta. Indispensables. Feldman protagonizó "Los Gremlins", "Los Goonies", "Cuenta conmigo", y los dos juntos en la popular "Jóvenes ocultos", lo que da buena muestra del enorme éxito que vivieron. Fueron sus padres los que les presentaron a castings y con tres años Feldman apareció en un anuncio de MacDonalds. Después debutaría en la serie "Con 8 basta", continuó con diversas apariciones en cine y televisión hasta que llamó la atención de Spielberg tras verlo en "Viernes 13: capítulo final". Posteriormente, formaron pareja artística en numerosas comedias juveniles de la década, luego llegó el temible escalón abismal entre la adolescencia y la edad adulta, donde intervinieron relaciones sentimentales fallidas, drogas, rehabilitación y el largo etcétera usual.

14 feb 2007

La matanza del día de San Valentín

El 14 de febrero es un día evocador para el amor. Pero si nos remontamos a 1929, en la ciudad de Chicago, mientras miles de parejas se besaban y el amor se tornaba protagonista, un puñado de hombres armados a las órdenes de Al Capone masacraron a los hombres de O'Banion, su rival.

En plena ley seca, la disputa entre las bandas mafiosas de Chicago por el control del tráfico ilegal de alcohol se volvió encarnizada. Dion O'Banion, un tipo extraño, era el principal rival de Al Capone, en creciente apogeo por aquel entonces. Dion era mafioso de noche y floricultor de día. Mientras cuidaba en su local de las orquídeas llevaba ocultas en su cuerpo tres armas de fuego. No eran tiempos para descuidarse.

Un buen día, tres hombres (de Capone) se detuvieron frente a la floristería, uno de ellos lo saludó efusivamente y lo retuvo mientras los otros dos le hicieron entrega de un ramillete de balas. En el entierro, Al Capone le envió un ramo, esta vez de flores, con su nombre.
Así las gastaban por aquel entonces. Pero no fue suficiente para acabar con el rival. Los hombres de O'Banion no se amilanaron y le dejaron un recado. Barrieron el hotel de Capone y sus edificios colindantes con sus ametralladoras y a plena luz del día. Un tirador entró a su despacho y le roció con cien balas, mientras Capone se escapaba milagrosamente lanzándose al piso en el restaurante del hotel.

La guerra no se detuvo y el 14 de febrero de 1929, siete hombres de O'Banion estaban sentados en un garaje esperando un cargamento de whisky, cuando se detuvo en la puerta un coche del que se apearon tres policías y dos civiles. Entraron, los desarmaron y les ordenaron ponerse de espaldas con las manos en la pared. Los de O'Banion no temieron nada, en principio, puesto que los asuntos con la policía solían estar "arreglados". A continuación, los dos hombres de civil vaciaron sus ametralladoras. Los tres policías esposaron a los dos civiles y salieron en el mismo coche. Cualquier transeúnte solo había presenciado un habitual arresto por parte de los agentes. Un plan ingeniado y perpetrado bajo la tutela de Al Capone.

Esta cruenta historia ha sido contada en películas como la comedia de Billy Wilder, "Con faldas y a lo loco" ("Some like it hot", 1959). O también en "Scarface" (1932). Pero fue el maestro Roger Corman, quien en 1967, dirigió "La matanza del día de San Valentín", basándose fielmente en los hechos precedentes y que dieron lugar a la famosa masacre.



Con la concisión y sencillez propias de Corman, realizó una película dura y realista, contando con el mayor presupuesto de su carrera, lo que no quitó que Corman impusiera cierta austeridad de medios para la realización. La película comienza con el descubrimiento de los cadáveres por una vecina del local donde fueron masacrados por los sicarios y mediante sucesivos flashbacks se van contando pasajes precedentes, atribuyendo la responsabilidad de la matanza a Al Capone, interpretado magistralmente por un duro Jason Robards. La película contiene grandes escenas de violencia, intentando reconstruir los verdaderos hechos y la manifiesta crudeza de la mafia de la época. Corman hizo un ejercicio de estilo, limpio y simple, intentando mostrar la acción desgarradora y la violencia explícita, con gran verismo, acompañados de una fotografía y una música que refuerzan la ambientación. Como curiosidad, apuntar que un jovencísimo Jack Nicholson (descubierto por Corman) aparece brevemente en la película.

Feliz día de San Valentín, día para el amor y saldar cuentas pendientes.

12 feb 2007

Niños en el cine: ¿futuras estrellas? (Parte I)


La web californiana Dose, dedicada a noticias relacionadas sobre famosos, música, cine y televisión, plantea uno de esos rankings con niños en el cine. Y es que todos lo que aparecen como futuras estrellas no siempre llegan a conseguirlo. Algunos se quedan en el ostracismo del olvido, bien por no superar el boom inicial, bien porque su crecimiento no ido parejo a buenos papeles en importantes producciones. Uno se puede plantear un gran listado de clásicas estrellas que lo fueron desde niños (Shirley Temple, Judy Garland, Mickey Rooney, Liz Taylor), pero existen en el cine actual y reciente otros nombres que con mayor o menor suerte, en sus comienzos infantiles fueron verdaderas promesas.


En Dose seleccionan cinco de esos niños que finalmente consiguieron triunfar y convertirse en las estrellas que hoy son:

5. Drew Barrymore. El hecho de pertenecer a una familia de estrellas suele condicionar bastante y éste es su caso. Con gran precocidad (a los once meses), su madre la llevó a realizar diversos casting, y tras aparecer en varias producciones para televisión, finalmente debutó en el cine con "Un viaje alucinante al fondo de la mente" (1979), pero le llegó su gran momento con "E.T.: El extraterrestre" (1982), de la mano de Spielberg. Aquello le pesaría sobremanera con trágicas consecuencias. Con nueve años ya era víctima de las drogas y el alcohol. Aunque siguió trabajando, a los trece años tocó fondo definitivamente. Tras una dura y larga rehabilitación, con intento de suicidio incluido, su deseo de recuperación se impone y retoma su carrera a mediados de los noventa. Actualmente vive un buen momento, no le faltan papeles y ha logrado estabilizarse como actriz.


4. Leonardo DiCaprio. También empezó como pueril adolescente en la televisión hasta que debutó en "Critters 3" (1991), pronto su talento no quedó ignorado hasta que saltó a la fama mundial tras protagonizar "Titanic" (1997). El resto es muy conocido, siendo hoy una estrella contrastada de primer orden.


3. Jodie Foster. Debutó con apenas dos años de edad en un spot publicitario y a los cuatro trabajó en varias series de televisión. Con tan sólo doce años alcanza su primer éxito en el cine con "Taxi Driver" (1976), obteniendo una nominación para los Oscar. Su carrera se vió lanzada a toda velocidad, aunque su elevado cociente intelectual la ha mantenido con los pies en el suelo, llegando a graduarse en Yale y hablar francés a la perfección (suele doblarse ella misma en sus películas al idioma galo). Debutó como directora en 1991 con "El pequeño Tate", año en el que subió otro peldaño gracias a su gran interpretación como Clarice Starling en "El silencio de los corderos".


2. Ron Howard. Polifacética estrella, hijo de actores, tras apariciones esporádicas, logró su primer papel de repercusión en la exitosa serie de televisión Happy Days, para luego formar parte del grupo de adolescentes que trabajaron en "American Graffiti" (1973), de la mano de George Lucas. Pronto debutó también como director ("Loca escapada a Las Vegas", 1973), continuaría con varios telefilmes hasta logra una notable relevancia con "Turno de noche" (1982), a partir de la cual se convierte en un cineasta taquillero, llegando a cosechar grandes éxitos como "Splash", "Cocoon", "Apollo 13", "A Beautiful Mind" (ganando el Oscar al mejor director) y, más recientemente, "Cinderella Man" y "The Da Vinci Code". También ha sido brillante su labor como productor, a través de su productora Imagine Entertainment, con notorios films y series de televisión (24 y Felicity). Criticado por enfocar sus películas siempre para el gran público, con productos de fácil consumo, buena factura y donde el entretenimiento es su máxima, lo cierto que es se trata de un buen narrador de historias y maneja grandes presupuestos con cierto brío y resolución.



1. Las gemelas Olsen. Mary-Kate y Ashley compartieron el papel de Michelle Tanner en la serie de la cadena televisiva ABC "Full House", desde los nueve meses de edad. Con seis meses fueron presentadas al cásting y seleccionadas inmediatamente. Desde aquel momento sus carreras despegaron. La serie con gran éxito se mantuvo varias temporadas, que iban mostrando la evolución de las famosas hermanas. Cuando su fin podría esperarse al finalizar la serie en 1996, sucedió todo lo contrario, y su popularidad y éxito no dejó de aumentar. Películas, discos y más series de televisión las lanzaron a lo más alto. Se conviertieron en productoras (Dualstar) y han logrado tener hasta su propia muñeca Barbie. En Estados Unidos son unas auténticas celebridades, perseguidas por fotógrafos, con numerosas apariciones en los programas de televisión más seguidos y una legión de fans.

8 feb 2007

John Williams: ¡Feliz cumpleaños maestro!


John Williams, el maestro de la música cinematográfica cumple hoy setenta y cinco años. Se merece mi más rendido homenaje por ser uno de los más grandes compositores contemporáneos de bandas sonoras para el cine. Y el responsable de muchos de los mejores momentos musicales en la historia de Hollywood, en general, y para mi memoria sonora en particular. Me une a él una extraña mezcla de gratos recuerdos, momentos inolvidables y con su música me ha transmitido sensaciones irrepetibles. Por fortuna, asistí a un concierto de sus mejores bandas sonoras con él en directo, como conductor de la orquesta, en lo que considero uno de los mejores momentos que he vivido en relación con el cine.

Williams, neoyorkino de nacimiento (1932), comenzó su formación musical en piano, además de aprender a tocar el trombón, la trompeta y el clarinete. Su familia se trasladó a Los Ángeles (1948) donde prosiguió su formación en la UCLA, más tarde sirvió en las Fuerzas Aéreas Norteamericanas y posteriormente fue pianista de jazz, además de convertirse en director de orquesta. Comenzó a trabajar en el cine con grandes clásicos (Bernard Hermann, Miklos Rosza, Alfred Newman, ...) como colaborador musical, iniciando así su relación indisoluble con Hollywood. Sin abandonar su formación, ya a finales de los años 50 compuso algunos trabajos para la televisión y enseguida comenzó a escribir partituras para el cine.



Su gran versatilidad y talento para fusionar su influencial jazzística, con el sonido sinfónico de grandes orquestas y toques folclóricos y de música intimista, le convirtieron un compositor cada vez más importante y con creciente prestigio. Su momento cumbre llegaría en la década de los setenta, cuando conoce a Steven Spielberg y, posteriormente, a George Lucas, con los que sembraría una profunda y duradera amistad, además de una extraordinaria relación profesional en películas esenciales. En esta década se convirtió en el compositor cinematográfico por excelencia, además de provocar que las bandas sonoras de películas vendiesen millones de discos y surgieran miles de ávidos coleccionistas. En pocas palabras, revolucionó la música cinematográfica, dándole un carácter más comercial y uniendo su nombre a la de grandes partituras, que de otro modo hubiesen pasado anónimas para el gran público.
Ha creado música para grandes aventuras, para la fantasía, para la ciencia ficción pero también para el drama bélico, la intriga política y la comedias románticas.

Se hace difícil hacer una selección, tanto por su prolífica filmografía, como por su gran cantidad de piezas magistrales.
Apelando a mi lado más sentimental, me mojo y me quedo con esta personal elección:



Jaws (Tiburón, 1975). Su primer trabajo para Spielberg, supuso un punto de inflexión en su carrera. No sólo realizó una partitura genial para acompañar las espectaculares imágenes de un joven Spielberg, sino que ayudó sobremanera a que el film se convirtiera en un gran éxito. Williams tuvo muy poco tiempo para componer la música, lo que aún lo engrandece más si cabe. Con la trepidante banda sonora logró aumentar la emoción de las secuencias claves de la película y queda para la historia el tema principal que lo llevó a ganar su primer Oscar. Spielberg, astuto no se separó de él para sus futura producciones.

Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la Tercera Fase, 1977). Otra grandiosa colaboración con Spielberg, pero ahora ahondando en la historia con una música más oscura y tenebrosa, transmitiendo como nunca antes una terrible sensación de miedo a lo desconocido. El tema final y más recordado, demostró su capacidad para subrayar el mensaje que Spielberg trata de transmitir con sus imágenes. El uso del sintetizador con tan sólo cinco notas es sólo un ejemplo del ejemplar legado de Williams a esta película.



Star Wars (La Guerra de las Galaxias, 1977). Parece mentira que en tan escaso intervalo de tiempo compusiera la más mítica banda sonora de la historia del cine. El tema inicial que acompaña a los créditos es grandioso, inspirado y un ejemplo más de cómo engrandeció esta gran obra de George Lucas, marcando un estilo propio, único, que sería imitado hasta la saciedad. Incluso si se le puede reprochar algo a Williams es eso precisamente, el autoplagio. Un partitura tan sublime como efectiva que con pequeños cambios ha repetido en posteriores ocasiones, no menos destacables.

Superman (1978)
. El arranque es también mítico, el sonido de trompetas que, poco a poco, se va acompañando de más instrumentos de viento, nos introduce de lleno en la historia. La música acompaña en todo momento a la película, insistente y siempre presente, dando el punto de majestuosidad y aumentando la heroicidad, que ciertos momentos requerían. Su maestría en la composición hizo que su melodía quedase grabado en las mentes de millones de jóvenes que se entusiasmaron con la película. Aún recuerdo, siendo un crío, como tatareaba la música mientras corría con el puño levantado y la capa anudada al cuello. Inolvidable.

Raiders of the Lost Ark (En busca del arca perdida, 1981). Tras componer otra obra maestra y mundialmente reconocida como la música de "El Imperio Contraataca" y hacer después otra magistral como el score de "E.T. El extraterrestre", se podría considerar que la primera de la saga de Indiana Jones es una obra menor. Pero no es así. Un tema central poderoso que identifica al personaje protagonista y el resto de temas, le otorgan la espectacularidad, subrayando y dando más emoción a las escenas de acción.

Born on the Fourth of July (Nacido el 4 de Julio, 1989). Una partitura repleta de adagios, acordes emotivos y sensiblemente intensos en contraste con otras melodías más intensas, contundentes y que suponen un contrapunto ideal para mostrar la pesadilla del personaje. Su compenetración con Oliver Stone fue absoluta para integrar su música en esta historia con trasfondo antibélico.

JFK (JFK: caso abierto, 1991). La dificultad de una película con trama enrevesada y compleja, la resuelve Williams con un tema principal apoyado con trompeta, muy sereno, que evoca casi un himno, a modo de homenaje al presidente asesinado. El resto de la banda sonora es rica, variada, alejada de la sincronización con las imágenes, siendo un nexo común que sirve para acentuar o como contrapunto a lo largo de la película. Absolutamente sensacional.

Jurassic Park (1993). Una partitura épica y grandiosa, apoyada en un poderoso tema sinfónico, para resaltar la grandeza de los enormes dinosuarios protagonistas. Williams muestra su dominio para realizar una banda sonora magistral, con temas perfectamente integrados en las escenas de acción, usando grandes coros y mostrando su particular estilo.

Schindler's List (La lista de Schindler, 1993). La música supone un emotivo homenaje a las víctimas del holocausto nazi, lo que se percibe en la película, con acordes que transmiten grandes dosis de sensibilidad, desolación y descripción del dolor. Williams logra la banda sonora más emotiva y dramática de su carrera.

Catch Me if You Can (Atrápame si puedes, 2002). El hecho de que Spielberg ambientase la película en los años setenta, le sirve a Williams para plasmar su influencia del jazz y el pop de la época, revestido de sus habituales acordes sinfónicos. Logrando una banda sonora desenfadada, fresca que encaja a la perfección con el tono cómico y ágil de la película.

Poco más puedo decir. Me quedo sin seleccionar auténticas obras maestras, pero resulta complicado hacerlo con un compositor de la categoría de Williams. Como dato, apuntar que ha logrado más de 40 nominaciones a los Oscar y cuenta con 5 estatuillas. Esto sólo quiere decir que se trata de un verdadero maestro de la música cinematográfica. Su próximo gran trabajo: quizá lo comprobemos el 22 de mayo de 2008, con la cuarta entrega de Indiana Jones.

6 feb 2007

Bob Lee Swagger: The Shooter


Vencido por el sopor acumulado de varias noches de insomnio caí vencido en mi diván. No acostumbro a usarlo. Psicológicamente es el lugar de mis pacientes y lo respeto como a un altar. Pero cuando el sueño te abandona y no hay manera de pegar ojo, pruebas con todo lo que se te ocurre para intentar que el consciente se desconecte de una vez y deje paso al descanso. Desde la bañera al suelo, encima de la alfombra, acurrucado en mi sillón, no había manera. De repente me sentí un sacrílego, cuando vencido por la desesperación me aproximé al diván. Primero me senté en el filo. Con prudencia. Era cómodo, pero también lo era mi cama y no conseguía pegar ojo. Poco a poco fui cogiendo confianza y con movimientos lentos me acurruqué. Me sobraba espacio, estaba encogido, semidesnudo y tan sólo quería dormir. Parece como si me hubiese adoptado, me abrazaba y me dio la confianza que necesitaba para conciliar el merecido sueño.

No sé cuantas horas llevaba durmiendo pero debieron ser varias, porque noté el cuerpo bastante descansado. Estaba cómodamente estirado, cuando un fino haz de luz roja me cruzó los párpados. Abrí primero un ojo y la luz casi me ciega. Abrí los dos ojos y atisbé como varios haces de luz buscaban un objetivo. Parecía ser yo. Entraban por la ventana descuidadamente abierta. Me quedé pensativo sin saber cómo reaccionar.

–No se mueva. Una voz vino desde el fondo del gabinete. Alguien había allí y ni siquiera lo había notado. Y yo en paños menores tumbado en mi diván, preso de la confusión, ¿era sueño o realidad?
–Tranquilo, no dispare –le contesté a la voz.

No podía ver nada pero sentí una respiración cerca y, de repente, alguien me cogió del brazo y me avalanzó contra el suelo. Caí boca abajo y puse las manos en la nuca. No sé. Fue un acto reflejo. Quizás demasiadas películas en mi cabeza.

–Arrástrese hasta aquí.

Los haces de luces rojas seguían buscando su objetivo. Ahora se reflejaban en el cuero del diván. Ahora comprendía, eran esas luces que emiten los visores telescópicos de los fusiles. Alguien me estaba apuntando a través de la ventana. Blanco fácil. Cuando conseguí salir del campo de visión me incorporé lentamente. Me puse de rodillas pero seguía con las manos en la nuca. Menudo panorama. Un auténtico e inocente cervatillo en manos de su cazador. Así me sentía. Quien me estaba hablando me alumbró con una linterna. No podía verle. Se alumbró él. Ahora sí.


–Me llamo Bob Lee Swagger. Tenía intención de venir a verle y parece que alguien más lo ha averiguado. Me están siguiendo. Me persiguen y quieren acabar conmigo.
–Eso no me tranquiliza –le dije mientras bajaba las manos. Empuñaba un fusil pero no me estaba apuntando.
–Tenemos que estar quietos y en silencio para que no nos descubran –dijo con rostro compulgido.
–Será que no le descubran a usted. Yo vivo aquí y este es mi gabinete.
–No tema. Pronto me marcharé.
–¿Por qué le persiguen?
–Verá, le cuento. Soy un francotirador del ejercito, ya retirado. Tuve un percance, asesiné a un inocente y abandoné. Ahora, mis antiguos compañeros han venido a buscarme para una importante misión. Un turbio asunto con el presidente de los Estados Unidos de fondo. Quieren acabar con él y cargarme el muerto a mí. Pero no lo van a lograr.
–Ah bien! Usted es The Shooter, protagonista de la próxima película de Antoine Fuqua. Ahora, voy comprendiendo -le dije en tono bajo y sereno, transmitiendo cierta calma aparente.
–Cierto. Me están siguiendo para atraparme, quieren joderme. –Pues yo le puedo ayudar bien poco.
–Sí que puede. Dentro de unos minutos asómese a la ventana como si nada y después la cierra. Métase en la cama y no se mueva. Se darán cuenta de que no estoy aquí y podré marcharme.
–Claro, eso si no me meten plomo en el pecho cuando asome el hocico.
–No dispararán. Me quieren vivo.
–Qué alivio. Tan sólo me dispararán en los brazos para no que la palme. –Hágame caso.
Los haces de luz desaparecieron tras unos minutos. Y como no me quedaba otra opción, me aproximé despacio y acojonado a la ventana como un cerdo al matadero. La otra opción era entablar una negociación con un ex militar armado con un fusil al que persiguen. No quedaba otra. Me asomé a la ventana, cerré los ojos y cuando los abrí no había nada. Todo estaba tranquilo pero con la sensación de que estaban ahí. Me estaban observando en la oscuridad. Cerré la ventana y me metí debajo de la cama. No se me ocurrió lugar más seguro.

-Doctor, me marcho. Disculpe las molestias. Tengo que seguir mi camino. Y gracias por su colaboración.
–Adiós Bob. Suerte.

Después de algunas horas desperté de nuevo en el diván. Algo confundido, ¿había sido todo un sueño? Me incorporé y vi huellas de pisadas hacia la puerta. No fue un sueño. Pero al menos descubrí que en el diván se duerme de putamadre.

2 feb 2007

Boris Karloff



Tal día como hoy pero de 1969, falleció con 81 años el aristócrata del terror. William Henry Pratt, o más conocido como Boris Karloff nos dejó para el recuerdo mucho más que su memorable personaje de Frankestein. A pesar de que pasara a la posteridad como una leyenda del cine de terror clásico, Karloff se labró una fabulosa carrera cinematográfica con gran esfuerzo, talento y formación.

Británico de nacimiento, empezó su carrera en Canadá y luego en EEUU, pero no obtuvo suerte, teniendo que compaginar otros trabajos con pequeñas apariciones en producciones del cine mudo de los estudios Universal. Primero como secundario y luego con la llegada del sonoro, en la década de los 30 le llegó su gran oportunidad. Aunque nos quede esa imagen dura y tosca por su aspecto, Karloff era un hombre culto, refinado y cordial en el trato, todo un gentleman. En 1931 trabaja en "The Criminal Code" a las órdenes del gran Howard Hawks y su nombre comienza a ser conocido.

La Universal vivió una época dorada con las producciones de grandes clásicos del género fantástico y de terror, con actores de la talla de Bela Lugosi y el propio Karloff. Curiosamente Lugosi, ya toda una estrella en 1931, descartó el papel de Frankenstein lo que brindó la oportunidad a Karloff. James Whale lo puso en manos del maestro del maquillaje, Jack Pierce y lograron una de las grandes películas míticas de la historia. El propio Karloff declaró años más tarde la dificultad que conllevó tal papel, en el que iba cargado de maquillaje y vestuario, limitando su interpretación exclusivamente en la mirada. Con esta película se convirtió en actor fetiche de la Universal y trabajó en numerosas películas durante la década de los 30: "Scarface" (1932) con Howard Hawks, "The Lost Patrol" (1934) con John Ford, "The Mask of Fu Manchu" (1932), "The Mummy" (1932), "Devil's Island" (1939), la secuela "The bride of Frankenstein" (1935) con James Whale, "The man who changed his mind" (1936) con Robert Stevenson y un largo etcétera.


En años posteriores Karloff fue un actor esencial en cualquier producción de terror y trabajó en decenas de películas, incluso en el teatro, hasta los años sesenta, donde recuperó su pasado esplendor gracias a la televisión. Presentó (y protagonizó algunos capítulos) la mítica serie "The Thriller" en un nuevo apogeo del género que lo engrandeció.

Me quedo con dos títulos esenciales, en los que demostró su valía interpretativa y su impactante presencia física, desprendido de los excesivos maquillajes de otras obras:





"The Black Cat" (1934). Junto con Bela Lugosi, protagoniza un duelo interpretativo impresionante. Destacando la escena más recordada, en la que ambos se juegan el destino de una mujer a una partida de ajedrez. Una película impactante que demuestra el talento para contar una historia con tintes de misterio y terror, sin desmerecer un ápice a pesar de su antigüedad. Además de sus protagonistas, los decorados, la fotografía y la puesta en escena la convierten en una verdadera joya del género.
La película es un tenso enfrentamiento entre Hjalmar Poelzig (Boris Karloff), un satánico arquitecto con diabólicos planes, y el Dr. Vitus Verdegast (Bela Lugosi), que busca a su esposa e hija.



"The Body Snatcher" (1945). Titulada en España "El ladrón de cadáveres", fue dirigida por Robert Wise, y también comparte cartel con Lugosi. Está ambientada en Edimburgo en 1831, donde John Gray (Karloff), un siniestro cochero suministra cadáveres frescos al doctor MacFarlane, para las investigaciones y experimentos que lleva a cabo en su mansión. Sublime escena final cuando Gray se avalanza sobre MacFarlane, durante una desenfrenada carrera en una carreta bajo la lluvia. Basada en un relato de Robert Louis Stevenson y producida por la mítica RKO, es considerada como uno de los mejores filmes norteamericanos de la década.