3 sept 2006

La verdadera historia de Strangelove (II)

Recordar viejas historias sin dejar de beber hizo que nuestro encuentro se prolongase hasta el amanecer sin darnos cuenta. Salimos de aquel viejo bar y fuimos caminando hasta su apartamento. Allí, Steve preparó un suculento desayuno para recuperar fuerzas. Después nos dejamos caer hasta que el sueño impuso su silencio.

–¿Estás despierto ya, Strangelove?
-Casi. Resaca –le dije con los ojos entreabiertos.
Habría dormido un par de horas y mi cuerpo se negaba a ponerse en movimiento.
-Bueno hay que ponerse en marcha. Tenemos trabajo.
Steve preparó su bolsa con esmero, revisando todo el material fotográfico: objetivos, baterías, filtros… Minucioso, ordenado, sistemático… todo lo que a mí siempre me ha faltado.

Nos dirigíamos en su viejo coche hacia Venice Beach, el sol estaba apretando con justicia. Tanteé el bolsillo. Allí estaba mi petaca. Gracias que no la olvidé. Eché un trago corto. Para humedecer el gaznate. Steve me observó mientras sonreía.
Se detuvo en un gran aparcamiento, cerca del paseo. El mar al fondo reflejaba el justiciero sol de Los Ángeles.
–Tenemos que aguardar aquí. Quizá mucho tiempo. Ponte cómodo –me comentaba mientras colocaba su cámara entre las rodillas.
-¿A quién esperamos Steve?
-A un bebé. Al bebé más famoso del momento. Suri, el retoño de Tom Cruise. Su niñera paseará por aquí en busca de un poco de luz del sol para el bebé. Un soplo.
-¿Sabes Steve? Este sitio me trae viejos recuerdos. Yo paseé mucho por aquí cuando llegué la primera vez. Cuando un ilusionado aspirante a guionista se dejó seducir por esta ciudad en busca de un productor que convirtiese en realidad un sueño. Ese sueño se desvaneció.
-Bueno no del todo Strangelove. Algo conseguiste. Ya es mucho teniendo en cuenta la cantidad de personas que como tú malviven en busca de su oportunidad. Actores, actrices, técnicos, guionistas…
-Tan solo conseguí que un productor me atendiese. Que leyese mi guión y que me aconsejase. En cierto modo sí, tuve algo de suerte. Estaba sin blanca, deambulando por la playa de día y de club en club por la noche –le aclaraba mientras me secaba el sudor de la frente.
-¿Cómo fue aquello Strangelove? ¿Cómo se puso en contacto contigo?
-Mandó a alguien a buscarme a la pensión donde me alojaba. Me cogió en la cama con una resaca de órdago. Después me acompañó a Hollywood Boulevard, nada menos que a Musso’s, el famoso restaurante y allí estaba él. Uno de los productores de moda en Hollywood invitando a comer a un guionista novato. Yo no podía tragar, entre el mal cuerpo y los nervios por la situación, me dediqué a beber mientras le escuchaba. Le caí bien. No sé porqué. Quizás porque él también empezó de cero. Buscando su oportunidad. O quizás porque también empinaba el codo y entre borrachines nos apoyamos. Nos zampamos dos botellas de vino en un santiamén. Mientras, me contaba anécdotas de las peripecias en sus inicios en el negocio. No paraba de sonreir y llenarme la copa. Finalmente abordó el tema de mi guión. Fue sincero. Brutalmente sincero. El guión no le gustó. Era muy malo, con muchos tópicos y con una historia sin gancho. Fue tajante.
-Entonces, ¿por qué cojones te citó? ¿Para emborracharse con un desconocido? –me inquirió Steve, mientras no perdía ojo de alrededor.
-Bueno, eso me preguntaba yo mientras bebía y bebía. Pero al final me aclaró que la construcción de los personajes estaba bien. Vamos que me felicitó por acertar con la psicología de los protagonistas. Que eso fue lo que le llamó la atención. Pero que tendría mucho que mejorar en cuanto al resto: estructura, trama,…
Con el último trago y entre una gran carcajada me dijo que tendría que dedicarme a la psicología, que seguro que tendría más futuro. El muy cabrón. Aquello me sentó como si me hubiese tragado mi propio vómito. Pero, después, me miró a los ojos fijamente y me sugirió: si quieres puedo ayudarte. Y el resto ya lo conoces. Me quedé colocado algunas semanas con el asunto, me hundí en los infiernos de mis pesadillas, me robaron la cartera, me salvaste la vida… y me convertí en doctor en psicología, por arte de ficción. En cierto modo trabajo para el mundo del cine que es lo que siempre me ha gustado y por lo que vine aquí.

Una brisa refrescante se colaba por las ventanillas. Saqué la petaca y la liquidé de un trago. Steve ojeaba con el zoom de su cámara de vez en cuando. Parece que no hay mucha suerte con el soplo. Quizás su confidente no era fiable o, simplemente, era simpatizante de la cienciología. El caso es que el tiempo pasaba y no había rastro del bebé de Tom Cruise. O quizás su retoño era como un dios, todo el mundo sabía quien era pero nadie lo había visto. En fin, cuestión de fe.

-Y también te rebautizaste –apuntó Steve. Te cambiaste el nombre. ¿Por qué?
-Por que me acordé del maestro Kubrick, de su capacidad para ahondar en la psicología de sus personajes, y todo eso ¿sabes? Le tomé prestado el nombre al Dr. Strangelove. Como homenaje y por que una nueva etapa en mi vida merecía un nuevo nombre.
-Por cierto, cuando te conocí te presentaste como Hal, pero ese tampoco era tu nombre verdadero.
-Si, solía utilizar nombres de personajes de películas de Kubrick según con quien tratase –le aclaré.
-Ya. Escucha, nunca te lo había preguntado antes ¿cuál es tu verdadero nombre?
De repente, una joven apareció cerca de nosotros empujando un carrito de bebé. Steve agarró su cámara y empezó a disparar.

Más tarde averiguamos que no era quien esperábamos. Y, en cuanto a la pregunta, no le contesté. Esa respuesta necesitaba otro momento mejor.

7 comentarios:

MalditosTacones dijo...

Doctor, me rindo de nuevo: plas, plas y plas (me quito el sombrero).

Crea usted adicción.

Un beso tibio.

LOLITA LOP dijo...

encantada de seguir la historia ....nos contará su verdadero nombre ? ...

en fín y la famosa Suri invisible ... parece que han hecho una obra de arte con su primera caquita ... que monada ... no somos nadie


besos

Mar dijo...

Buena dosis de intriga jejejeej, esperaremos a ese nombre ;)
Si va el Mortensen a verlo al gabinete ¡por su madre! que no si vaya y se quede allí hasta que llegue yo ;)))))
Besos misteriosos y de momento.

Shiba dijo...

Suri es un invento de la Iglesia de los catetos de la Cienciología, estoy segura. No es extraño que White y tú no vieráis rastro de Suri. No existe.

Una buena y repentina forma de sacarnos de la rutina de un domingo por la tarde, Doctor. ¿Volverá a desaparecer unos días,dejándonos en vilo?

Espero que no. Mire si no ya qué club de admiradoras tiene...

Burnout. dijo...

Quizá algún día le merezca la pena escribir su historia con algún final que convenga a los bolsillos de hollywood. Puede que algún dia... es cuestión se seguir intentándolo. Nunca rendirse.
Tengo una amiga que es "actriz" pero que no ejerce y espero algún día verla en un escenario triunfando, pero le digo lo mismo: sigue intentándolo. Sigue mejorando, ten paciencia.
Un saludo.

Anónimo dijo...

El verdadero nombre de su protagonista no tiene la menor importancia...
Algo real aunque impuesto nunca revelará tanto como algo ficticio pero elegido por uno mismo.


Un placer leerle.

Burnout. dijo...

Gracias por su visita, Dr.
Veo que sus orígenes inciertos derivaron en un peculiar estilo. ¿algún día nos dejará deleitarnos con ese guión fallido?
Puede que entre todos podamos darle alguna forma más sugerente ¿No le interesaría hacer un brainstorming sobre este tema en la blogosgfera?
Un saludo.