9 ene 2006

A SANGRE FRIA



La otra noche presencié un brutal asesinato. Una familia caminaba por la calle. Cuando se disponían a cruzar hacia la otra acera, la niña pequeña acelera el paso. Se queda sola en el centro del asfalto y se gira para mirar atrás. Demasiado tarde. Un coche que acababa de girar en la cercana esquina frena pero no le da tiempo a detenerse. La niña cae golpeada. La familia grita desesperada y dos de los miembros sacan dos pistolas y acribillan al conductor. No le dió tiempo a bajarse. La niña se levantó sola. Asustada. No le sucedió nada grave. El conductor no lo pudo contar. Los ejecutores desaparecen. El resto permanencen quietos formando revuelo entre los viandantes que se acercan curiosos. Los ejecutores corren en mi dirección. Me miran a la cara y me hacen un gesto de guardar silencio. Desaparecen. Necesitaba beber urgentemente. Mucho whisky para digerir el mal trago. No me asusto fácilmente pero ante estas situaciones las reacciones son imprevisibles.
White Chocolate me llamó para contarme que "Capote" (dirigida por Bennett Miller e interpretada por Philip Seymour Hoffman) había sido elegida la mejor del 2005 por la crítica yanqui. Suena como favorita para los Oscar. David Cronenberg fue el mejor director del año por "Una historia de violencia". Gracias White Chocolate. Pero esta noche la realidad se impuso a la ficción.
Necesito whisky hasta perder la conciencia.

1 comentarios:

MalditosTacones dijo...

Ningún guión al más puro estilo Tarantino podría haber maquinado algo tan crudo como lo acontecido en Sevilla hace un par de días...

Un beso justo... En su mejilla derecha...