31 ene 2006

Bettie Page


Anoche sufrí una especie de embrujo. Como una de tantas correrías nocturnas, empezó sin decidirlo y acabó sin pensarlo. Simplemente me abandoné a la aventura. Deambulé sin rumbo, una copa aquí, otra allá. No me gusta la asiduidad de los bares nocturnos, sus camareros enseguida creen que te conocen y te sirven sin preguntar con media sonrisa cómplice. Los odio. Me gusta que me pregunten, que pasen el paño limpio en mi trozo de barra, que tomen interés, un protocolo previo. Sin preguntas. Sólo servir en condiciones. Por eso no suelo frecuentar más de dos veces consecutivas un mismo bar nocturno.
Acabé entrando en un antro bastante grande, a juzgar por el enorme neón que atraía hipnóticamente a noctámbulos despistados como yo. Había incluso aglomeración en la entrada, así que supuse que debía estar muy ambientado el interior.
A veces entre la multitud encuentras un rincón solitario y aislado donde poder beber y mirar alrededor sin más pretensiones. Me encontré un estruendo de gente hablando, riendo, bebiendo, música envolvente. Poca luz, centelleante. Demasiados hombres. Las escasas mujeres eran las camareras, muy sonrientes y sexys. Mi primera copa en la barra. De repente un silencio. Las luces se atenuaron. Las cabezas se giraban al unísono. Comenzó una música. Decidí echar un vistazo a mi espalda. Dios...
Un pequeño escenario con una barra metálica en el centro estaba iluminada por un potente foco cenital. Luz blanca. Una pedazo de hembra irrumpe sensual, con movimientos lentos, pausados, exhibiéndose. Un traje de cuero negro ajustado a unas curvas prominentes. Una máscara cubría su rostro. Larga melena negra recogida en una cola que le llegaba a la cintura. Botas hasta las rodillas, tacones de aguja y portando un látigo. Sin duda el sueño fetiche de cualquier aficionado al sado, al cuero negro y a las mujeres.
Me puse cómodo. Pedí otra copa. La música seguía el ritmo de sus movimientos, o al revés. Da igual. Nadie podía dejar de mirar. Sabía captar la atención. Poco a poco se fue desprendiendo de sus escasas vestiduras. Muchas cremalleras que daban juego. Desde el suelo a la barra, giros, piernas arriba, abiertas, de espaldas. Caminando como una gatita. Sólo le quedaba puesto un ajustado sostén que evidenciaba dos senos prietos y proporcionados. Sus caderas amplias dejaban paso a unas piernas largas y fuertes. Muslos duros.
No podía dejar de mirarla. Solo mirar. Un hilo de baba debía asomar por la comisura de mi boca. Inevitable. Sin buscarlo. El espectáculo terminó con ella desnuda de cintura arriba pero tapándose de soslayo. Dejando entrever lo que todos queríamos. Pero sólo una sugerencia fugaz. Lo demás quedó al descubierto hacia el escenario. Las luces volvieron a resurgir y el mutismo de los espectadores se rompió, todos reían y comentaban, dándose golpes con el codo mientras bebían.
Yo me marché. Me quedé perplejo. Un espectáculo impresionante, sensual, femenino...
Necesitaba rememorarlo entre sueños.
Llegué a casa y cuando estaba abriendo la puerta escuché a alguien que se acercaba. Unos tacones retumbaban secos en el rellano.
-Hola doctor. Soy Bettie Page. ¿Me podría atender? Ya sé que no es horario de visita de pacientes. Pero no puedo esperar, tengo una urgencia. Seré breve.
Ella, una mujer alta, poderosa en su escote, generosa en su porte, de larga melena y pronunciada silueta. Me pilló descolocado.
-Pase, si es tan amable.
Encendí las luces, me quité el abrigo, puse dos copas y me senté ante mi escritorio.
-Dígame. En qué puedo ayudarla.
-Tengo miedo.
-¿A qué, exactamente?
-A mi aparición en las pantallas.
- Creo recordar que pronto se iba a estrenar una película sobre su vida, una biopic. Bien. Su estado no debe preocuparle. Una mujer de su garbo y atrevimiento no debería sentir miedo. Su vida es muy interesante, fue un verdadero icono sexual, muchos hombres soñaron con usted y vivieron una etapa de sus vidas observando sus fotos colgadas de la pared. La polémica que suscitó entonces fue mucho más dura de soportar que el simple temor a un estreno.
-Es que ha pasado mucho tiempo y no sé si después de tantos años le interesaré a alquien. Ahora están otras como Jennifer López que son las que gustan.
Ciertamente se la ve preocupada. Se frota las manos, su mirada inquieta, sus piernas no dejan de moverse. Pero en cada movimiento se aprecia sensualidad, sabe moverse, sabe mirar, sabe dejarse mirar...
-Es usted una mujer de armas tomar, bella, muy atractiva y adelantada a su tiempo. Ahora el público está suficientemente preparado para entenderla. Verá como sus fotografías vuelven a resucitar y a aparecer en todos los medios de comunicación. Su película la resurgirá en este tiempo para contar lo que pasó y rememorar otra época. Distinta pero teniendo en cuenta que son los EEUU, la polémica de sus fotografías puede estar de nuevo dentro de polémica (y más con el gobierno Bush). Políticamente incorrectas. Eso gusta. Crea críticas y comentarios a doquier. Anímese. Si le parece, volvemos a vernos tras el estreno y ya me cuenta. Y si empeora me visita en cualquier momento (como hoy) y buscaremos otra solución. Pero no tema, no piense en lo que se aproxime y dedíquese a cuidarse y ser quien es. Demuéstrelo a todo el mundo.
-Gracias doctor. Lo intentaré.
Se levantó y su perfume me llegó como una brisa fresca y sofisticada. Sus labios carmesí sobresalían en su palidez. Una belleza singular. De calendario. Pero interesante. Como la gatita encuerada que me embrujó mientras bailaba. Hoy soñaré con ella. O con las dos.

10 comentarios:

Kelzor dijo...

¡Todos con Bettie!
beuno, y si algunA quiere apuntarse...

Unknown dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Me anima a seguir bebiendo con decisión.

Anónimo dijo...

Doctor, el Vademecum y el Registro de Licores del Ministerio de Hacienda son dos fuentes documentales de difícil conciliación. Con permiso de doña Bettie, repórtese usted un poquito, especialmente con el segundo. Genial, compañero, genial...

Un cordial saludo.

MalditosTacones dijo...

Por todos los astros! Me va a costar ponerme al día de todas sus notas...
Un placer seguir redescubriéndole en cada texto...

Un beso... Justo ahí.

P.D.: Una es una verdadera inepta, entre otras muchas materias, en informática. Tras largas peleas con este chisme, me ha vencido. Soy incapaz de colgar foto. Tendré que usar comodín de la llamada, del público o, incluso, el del 50%.

Anónimo dijo...

Yo quiero un psiquiatra como tú, que cuando le visite ... eso sí, sin tacones de aguja, me sirva una copa de vodka ;)

Un beso

(me sigue gustanto esto)

Nicolás Mavrakis dijo...

¿Me acerca una radiografía de la paciente, doctor? Porque, queda mal pedirle otra cosa, vio.

MalditosTacones dijo...

Una anotación...
Mi vista está ya muy cansada, pero ¿no se parece la mujer hermosa de la foto a la niña esta de "Los Serrano", y de cuyo nombre no puedo acordarme? ¿Será ella enmascarada?
Qué dilemas, entre esto y el brote psicótico de Raquel Mosquera no hay quien duerma tranquila.

El Miope Muñoz dijo...

Betty Page, la musa hot, la otra cara mas sexy de Marilyn Monroe, mas descarada....

Si señor, buena reivindicacion de ese mito tan humedo en las sabanas de los mas cinefilos.

¡Un saludo!

Unknown dijo...

mavrakis, radiografías no tengo. Fotos sí pero son fáciles de conseguir.

Un saludo

Unknown dijo...

Malditos Tacones, esa preciosidad no es la de la serie sino la actriz que va a interpretar el papel. Si quiere saber más o ver más fotos pinche en el link del post.

Besos