
"El hombre más bello del cine". Con este calificativo publicitó la Paramount a Sterling Hayden, tras firmar su primer contrato cinematográfico. Y es que Hayden, curtido viajero y capitán de barco descubrió en el cine su verdadera vocación, acreditando su imponente físico.

Durante la década de los cuarenta apareció en varios títulos menores, pero tuvo que abandonar su carrera para incorporarse a los marines en la 2ª Guerra Mundial. Pero ya en los 50, Hayden triunfaría al protagonizar "La jungla de asfalto", obra maestra del género negro, dirigida por John Huston en 1950. Durante esta etapa estuvo salpicado en el escándalo McCarthy, donde fue requerido como testigo por sus simpatías comunistas. Pero su filmografía tomaría madurez con títulos como "El príncipe valiente" (1954), de Henry Hathaway y, sobre todo, "Johnny Guitar" (1954) de Nicholas Ray. Una historia repleta de pasiones arrebatadoras y odios intensos, adscrita al género del western de forma circunstancial, que causó una gran sensación entre el público de la época. Junto a Joan Crawford (en el papel de Vienna), protagonizó algunos de los mejores diálogos más incisivos del cine americano, a su vez de los más memorables, citados y copiados hasta la saciedad:
- ¿A cuántos hombres has olvidado?
- A tantos como mujeres recuerdas.
- No te vayas
- No me he movido.
- Dime algo agradable.
- Claro. ¿Qué quieres que te diga?
- Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
- Te he esperado todos estos años.
- Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
- Habría muerto si tu no hubieses vuelto.
- Dime que aún me quieres como yo te quiero.
- Aún te quiero como tu me quieres.
- Gracias. Muchas gracias.

Después Hayden trabajaría a las órdenes de Kubrick en la magistral "Atraco perfecto" (The Killing, 1956), donde encarnaría al inolvidable Johnny Clay en secuencias irrepetibles. Tras un paréntesis voluntario en donde regresó a la navegación, alejado de Hollywood, volvió a trabajar con Kubrick en "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú" (1964) en el papel del General Jack D. Ripper. Su errática carrera volvió a detenerse, tras trabajar para la televisión, hasta que a finales de los sesenta la retomó y en poco vió resucitar su estrella de las manos de Coppola en "El Padrino" (1972) y un año más tarde con la sublime "Un largo adiós", de Robert Altman. Posteriormente apareció en "Novencento" (1977) de Bernardo Bertolucci.

Sterling Hayden falleció víctima de un cáncer el 23 de mayo de 1986 en California, a la edad de 70 años. Sin ser una estrella al uso en Hollywood, sí alcanzó gran popularidad y un reconocido prestigio por parte de los geniales realizadores que le dirigieron. Hoy cabe el recuerdo para él.