
Una de las más rutilantes estrellas clásicas del cine cumple hoy 75 años. Elizabeth Rosamund Taylor ha sido durante varias décadas una de las actrices más prestigiosas y brillantes del firmamento de Hollywood. Una de las últimas genuinas divas, una leyenda y uno de los rostros más bellos de la historia del cine.

Aunque inglesa de nacimiento, Estados Unidos fue su hogar desde muy joven, y donde el mundo del celuloide la acogío con tan sólo diez años. Su belleza natural y poseedora de unos impresionantes ojos violetas, fueron la llave que la catapultó desde sus primeros papeles. Debutó en "There's one born every minute" (1942) con la Universal, una comedia mediocre para ser contratada por la Metro, en donde se convirtió enseguida en una mimada niña prodigio.
Durante la década de los cuarenta, protagonizó grandes éxitos como "La cadena invisible" (1943), junto a la famosa perrita Lassie, o "Fuego de juventud" (1944), a partir de la cual, su talento interpretativo fue aún más considerado. Su fama no dejó de crecer y sus papeles de jovencita adorable se repitieron, hasta sobresalir en "Mujercitas" (1949).

El paso de niña a mujer, transformaría no sólo su aspecto físico sino también su trayectoria. Sería la década que fojaría su fama, por un lado por su belleza y, por otro, por sus innumerables romances fuera de la gran pantalla. Además de protagonizar grandes películas inolvidables. S confirmó como una gran intérprete con obras como "El padre de la novia" (1950), "Un lugar en el sol" (1951), "Ivanhoe" (1952), "Gigante" (1956), "La gata sobre el tejado de zinc" (1958, en uno de su más memorables personajes) y "De repente, el último verano" (1959). Logró varias nominaciones al Oscar, logrando ganarlo en 1960 con "Una mujer marcada".

En la década de los sesenta participó en la megaproducción "Cleopatra" (1963), junto a Richard Burton con quien vivió un apasionado romance y, junto al que trabajó en varias producciones como "Castillos de arena" (1967) o "¿Quién temea a Virginia Woolf?" (1966), por la que logró su segundo Oscar.

En los años siguientes su carrera fue menos productiva, trabajando más en producciones televisivas, teniendo que dedicar mucho tiempo a luchar contra graves enfermedades como el cáncer y el sida. En los últimos tiempos, ha estado volcada en causas solidarias y labores humanitarias (Oscar honorífico en 1992 por su campaña de lucha contra el sida).
Mención aparte habría que hacer a su también intensa vida sentimental, tan prolífica como sus operaciones estéticas, ya que se ha casado ocho veces, la primera con tan sólo 18 años y, dos de ellas con Richard Burton, lo que le otorgó más fama si cabe.

Para celebrar su 75 cumpleaños, Liz ha posado acompañada de un oso de 272 kilos, para un prestigioso fotógrafo (Bruce Weber), imágenes que serán publicadas, junto a otras inéditas, en "Interview", en su próximo número que estará dedicado íntegramente a la actriz.