2 mar 2006

James Bond (III)



Llevo unos días tirado a la bartola. Con cierta desidia, abandonando incluso la alimentación y la higiene. No tengo fuerzas para levantarme del sofá, cuando lo hago, deambulo sonámbulo, perdido. Una apatía consciente que resulta difícil de romper. La soledad provoca, en ocasiones, este estado de hundimiento abismal, de crisis flagelatoria. Sumido en esta mezcla de nostalgia, depresión y flaqueza psicológica, sólo se me ocurre acudir a Miles Davis, sus acordes me envuelven en una atmósfera imaginaria que provocan cierta salida a mi estado.
Mientras se desarrolla esta batalla interna, el teléfono suena. Una voz conocida me pide auxilio. Cita urgente. En media hora acude al gabinete, de nuevo, James Bond. Está desesperado, hundido y necesita mi ayuda. Pues ahora sí que estoy bien jodido. Cómo coño le puedo ayudar si no tengo fuerzas ni para hablar.

Después de una obligada ducha y un acicalamiento ligero, un whisky me devuelve esa imagen camuflada que debo mantener ante mis pacientes, si quiero ayudarles de verdad. Llaman a la puerta, ya está aquí.

–Buenas doctor.
–Adelante señor Bond.
Su aspecto es francamente pésimo. Sus ojos húmedos, su piel rojiza y su desaliñada vestimenta delatan a un agente secreto con verdaderos problemas. Veremos qué me cuenta.
–Verá doctor, cuando estuve aquí la última vez, usted me ayudó bastante. Me impulsé al rodaje con buen talante, esperanzado y con ganas de hacerlo bien. Pero todo son trabas, dificultades y zancadillas para que mi nueva aparición la pantalla, sea un fracaso garantizado.
–¿En qué consisten esas zancadillas?
–De momento, la mujer que han elegido no me gusta. La actriz se llama Eva Green, y no me gusta un pelo. Como bien me comentó usted, se barajaron nombres que me estimulaban pero la elección de los productores, es desacertada del todo. No sé si buscan cambiar radicalmente la línea que llevaba la saga o hundirla definitivamente del todo.
Image hosting by Photobucket
–Bueno, esta chica no es muy conocida, la ví en pelotas en The Dreamers, pero no consiguió arrancarme una erección. Tiene un aire sexy que, supongo, es lo que buscan, pero ciertamente no una belleza comparable a muchas de sus anteriores parteneurs.
–Eso es lo que yo digo. Además, no tiene nombre, lo que ayuda a que Casino Royale no tenga el cartel que debería tener. Y, para colmo de males, muchos seguidores míos están tramando un boicot contra la película. Intentan hundir la película porque esgrimen que mi nueva cara no les gusta, que no tengo aspecto del agente 007 y muchas otros argumentos, encaminados a fastidiar al máximo mi vigésimoprimera película. Amenazan incluso con alentar a los espectadores a no acudir a ver la película cuando se estrene. Aunque, como todo siga así, el estreno peligra.
–No debe preocuparse porque unos cuantos desalmados estén en contra, siempre los ha habido y lo único que consiguen es mitificarle aún más.
–Pero no puedo evitar que me afecte. Todo se está poniendo en contra de mí. Para colmo de males, en pleno rodaje en Praga, en la primera escena de acción, me parten dos dientes. Hasta los especialistas están en mi contra. Además me he quemado tomando el sol. Estoy hundido doctor. Esto es el fin.
Su voz denota una desesperación aguda. Este es un caso grave que requiere un tratamiento de choque.
–Vamos a ver señor Bond. Lo único que le puede salvar es ser fiel a sí mismo. No se deje intimidar, engañar, distraer por nada. Concéntrese en el rodaje, que ahora es lo más importante. Recupere esa flema británica que le caracteriza, agarre con fuerza cada diálogo y demuestre quién es el verdadero agente 007. Olvídese de todo lo que rodea a su persona. Que la chica no es mona, pues usted como si lo fuera. Impóngase señor Bond. Que los especialistas le golpean fuerte, usted se la devuelve. No hable con los productores, que muchas veces provocan desconcentración y usted a lo suyo. Tómese el rodaje como una nueva misión que debe resolver con astucia, talento y la desenvoltura que siempre ha poseído. Y si aún así, no consigue mejorar. Vaya a ver a Sean Connery. Él le dará el apoyo que necesita. Seguro que su experiencia le será de gran ayuda. Ánimo señor Bond. Estoy deseando ver su película.
–Gracias doctor. Es usted un auténtico salvador. Sus palabras son las únicas que me alientan a continuar. Se lo agradeceré como merece.
–No se preocupe. No me gustan los halagos, me hacen sentir que no tengo los pies sobre el suelo. Sólo hago mi trabajo. Personajes como usted son los que sustentan mi cinefilia y me hacen creer que existo. Mucha suerte.

007 sale orgulloso por la puerta. No sé de dónde cojones he sacado la fuerza para animarle. Supongo que cuando te crees del todo hundido siempre hay alguien que lo está más. Esta noche me voy a correr una juerga, para levantar el ánimo y todo lo que se pueda levantar.

10 comentarios:

Juan Muriel dijo...

Dr. Strangelove: si bond vuelve a su conslulta digale que no se haga tanto el martir, que todo tiene pinta de ser una campaña publictaria sustentada en una polémica para darle fuerza al lanzamiento de la película puesto que el tirón de Pierce Brosnan ya no está y el nuevo elegido no es muy conocido. Y digale, que creo que se está volviendo un poquito quejica, a mi Eva Green me parece una actriz muy muy bella, de hecho me recuerda a clásicas como Ingird Bergman.
Saludos y ánimos que queda poco para la primavera y seguro que a usted la sangre también le altera. y si no pues un copazo de whisky y todo solucionado.

ZERO dijo...

Bond... James Bond, ya no volvio a ser el mismo desde que el mundo dejo de necesitar agentes secretos seductores.

ahhhhh las chicas Bond... esas si, siempre las necesitaremos, quiza alguna de ellas lo pueda ayudar a distraerse un poco Doc.

saludos, por cierto ya lo linkie...

Anónimo dijo...

A mí Eva Green sí que me pone muy malito: ese canalillo...

Anónimo dijo...

Es la primera vez que escribo... y hasta que nuestro alcohólico y depravado doctor no encauce la poca lógica que le queda, me temo que será la última. No sé si sera un efecto del alcohol en vena, pero seguramente si cambiara un rato a su querido Miles Davis por John Williams, saltaría la lúcida chispa de apresurarse a mirar su agenda comprobando que tiene cita concertada desde hace algún tiempo con el superhéroe mas grande de todos los tiempos, que después de más de una década vuelve a volar. Así que, si su consulta es tan conocida, querido doctor déjese de Casinos y aventureros de látigo en mano y haga un hueco para esta superproducción que, admitámoslo, ha dado la vuelta al mundo y tiene comiéndose las uñas a gran parte de él.

P.D.: Gracias por su atención doctor, tengo aquí una botella de Macallan que ya veremos si se la regalo o se la tengo que partir en la cabeza.

Mar dijo...

A mi desde Sean Connery... pero me ocurre con estas películas que la trama se me queda poco y solo me emociona la imagen del agente seductor.
En cuanto a la nueva cara de James, pues es que no atrae nada, pero bueno, le daremos un voto de confianza a ver qué pasa.
Me gustan sus historias, doctor

Cinéfilobo dijo...

* * * *

Eva no logrará que Bond se coma la manzana.

Excelentisimo blog, me encantarón las consultas, se ve que su consultorio es muy solicitado. Paseme la receta!

Saludos Tequileros desde México.

Viola de Lesseps dijo...

Connery, Sean Connery, ese si que fue grande... Yo es que no me hago a la idea de un Bond de pelo rubio... no tngo nada contra Craig, sus últimos trabajos me parecen geniales, pero no lo veo al servicio de su Majestad.

Saludos doctor.

El Miope Muñoz dijo...

Eva Green de chica bond, puede ser la delicia más enorme de todos los tiempos.

¡Bravo!

missangria dijo...

Eva Green quizá no te guste pero en Soñadores de Bertolucci creo está divina.

Saludos.

Anónimo dijo...

Enjoyed a lot! » » »