20 feb 2006

Robert Langdon


Anoche cogí una cogorza de miedo. No abusé del whisky más que de costumbre pero me la metieron bien y me pusieron de garrafón. Para cuando me percaté ya estaba con la lengua como cartón mojado y la mandíbula empezaba a descolgarse. Regresé andando como pude, dando tumbos, esquivando farolas y transeúntes. Siseante caminar bajo una lluvia intensa que añadía más emoción a mi desequilibrado paso. Mojado hasta las pantorrillas y con la vista borrosa, apenas avanzaba. Noté una cierta flojedad en mis rodillas, me temblaron y caí de bruces en un profundo charco que me estaba esperando con los brazos abiertos. Gateando llegué hasta una escalinata, me incorporé y subí hasta una gran puerta de madera entreabierta. Busqué refugio.
Estaba oscuro. Olía a cera quemada, a humedad y tenía muchos bancos dispuestos alineadamente. Al fondo, un altar resaltaba en la penumbra. Todo apuntaba a una iglesia pero no tenía esa certeza. Aunque no podía tenerla de nada. Todo daba vueltas, rotaba y giraba sobre mi cabeza como un tíovivo. Estaba solitaria, silenciosa. Me tumbé sobre un banco y respiré hondo. Cerré los ojos.
No sé cuanto tiempo pasó hasta que los abrí de nuevo, pero me encontraba tumbado en un camastro, arropado con una vieja manta haraposa en una lúgubre habitación. Tan escueta en su decoración como poco acojedora. Un enorme crucifijo presidía las vacías paredes. La puerta crujió y un loco vestido de negro, pálido como un muerto entró sonriente. Sus ojillos negros brillaban en la oscuridad como los de un gato.
-¿Dónde coño estoy? ¿Quién eres?
- No blasfemes hermano. Esto es la casa de Dios. Ayudo al párroco, a cambio de este humilde alojamiento y algo de alimento.
Tenía una sonrisa viciosa dibujada en sus blancas mejillas. No me gustó nada.
- Descanse tranquilo.
- Apártese.
Intentó impedírmelo y tuve que atizarle. Era flacucho pero duro. No se inmutó. Su sonrisa no se borraba. Seguía mirándome, enseñándome sus dientes y con esa maldita y sucia mueca. Me agarró los brazos con fuerza para cerrar la puerta tras de sí.
- Lo siento amigo -le dije mirándole fijamente. Se acabó el juego. Y que Dios me perdone.
Le solté una patada allí donde se juntan las piernas con el tronco y un quejido sordo le dejó noqueado unos segundos. Lo suficiente para salir por piernas, pasé por el altar y salté entre los bancos buscando la puerta por donde entré. Sus pasos retumbaban detrás. La salida parecía bloqueada. Le hundí mi hombro y los goznes del portón cedieron. Caí rodando por la escalinata. No miré atrás, seguí con paso firme. Estaba amaneciendo. La lluvia había cesado.

Llaman al timbre. Hoy tengo cita con un nuevo paciente: Robert Langdon.
-¡Adelante! Póngase cómodo Mr. Langdon.
-Gracias doctor.
Lleva traje oscuro, aspecto atildado y una mirada serena.
-Dígame, ¿en qué puedo ayudarle?
-Verá doctor: resulta que, como bien sabrá, el estreno mundial de El código da Vinci en la gran pantalla se aproxima, y las críticas por parte de un sector de la Iglesia están aumentando. Siento que, conforme se acerca el debut en Cannes, las voces aumentan su tono señalándome como un proscrito. Se está generando una polémica creciente que me preocupa. ¿Cree que le afectará a la película? ¿conseguirán disuadir a muchos espectadores de ir a verla? Es que como es mi primer film, me preocupa, como entenderá. Y, además, que esa fuerte discrepancia venga de la Iglesia, contra la que no tengo nada, puesto que soy un estudioso de su simbología y, por tanto, buen conocedor de la historia de la religión católica.
-Mr. Langdon, cuando la novela hizo su aparición, alcanzó un éxito rápido y de gran repercusión mediática en todo el mundo. Hasta el momento 35 millones de ejemplares se han vendido y lleva muchos meses encabezando las listas de best-sellers. Esta polémica, junto a la de la calidad literaria de la misma, aparecieron y dieron mucho que hablar. Consiguiendo que se siguiera vendiendo y alcanzando una auténtica revolución editorial. Descubrió al gran público, con sus aventuras, ese aspecto oscuro, inquietante y sugerente de las sociedades secretas, con sus símbolos, claves ocultas y tesoros secretos. Ese sector de la Iglesia que se ve directamente señalado en la historia de su película se cree ensuciada por la visión que, de ella, se muestra. Es pura ficción y aunque intenten limpiar su imagen y alejarse de ella, intentarán convulsionar las almas de los buenos católicos para convencerles de que no acudan a ver la película. Sólo que la expectación generada es creciente en la misma medida. Si la repercusión editorial fue gigante, con una película se alcanza una cota inconmensurable. Por ello la crítica. Pero no tema, señor Langdon, no es usted un pérfido. Le auguro un gran éxito. Tiene su película todos los ingredientes para convertirse en un taquillazo seguro. Las polémicas avivan la venta de entradas y ese sector de la Iglesia que alza la voz, no podrá detener al público de hoy.
-Gracias, doctor. Sus palabras me alientan y reconfortan.
-De nada. Incluso, le diré más: intuyo que repetirá en la gran pantalla. Una nueva saga danbrowniana aterrizará en las salas de cine. Mucha suerte, Mr. Langdon.
Se levanta despacio y me saluda cortés. Se me queda mirando unos segundos.
-Si necesita alguna vez de mi ayuda para desenmascarar algún mensaje oculto o un símbolo extraño, no dude en acudir a mí. Lo ayudaré de buen grado.
Aunque sea ficción, no está mal ofrecer un poco de luz sobre oscuros episodios de la Iglesia. Ahora se enfrentan a un nuevo capítulo en su dilatada defensa de su particular visión del mundo. Esto me hace reflexionar sobre la necesidad de abrir bien los ojos cuando entras en una iglesia. Menos mal que anoche los abrí justo a tiempo.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

No me he leído el libro y no tengo pensado hacerlo. Igualmente he oído críticas cercanas pésimas, como estupendas... pero la película procuraré que sí. Aunque sólo sea para compensarte por lo de ese garrafón. Luego vendré por aquí y te comentaré lo que pienso de esos consejos que le diste. O bueno mejor no. Mejor te invito a un cardhu para borrar el pasado o algo así ;)

Unknown dijo...

Gracias a los tres por vuestros comentarios. He añadido una nueva pamplina al blog: es la posibilidad de dejar mensajes de voz (pinchando el icono del lateral que reza: SEND ME AN ODEO). Es muy sencillo, sólo tenéis que disponer de FLASH PLAYER y por supuesto un micrófono.
ESTARÉ ANTENTO, OS ESCUCHARÉ...

Por si os interesa os dejo el link (es gratis):
http://www.odeo.com

Dcine dijo...

No hay nada como un estreno mundial de una película americana (con esas descomunales avalanchas de publiciad) para que los cimientos de cualquiera crean venirse abajo.
Resulta que hay un libro que se ha leído en medio mundo y del que se ha hablado en el otro medio y ahora nos quieren vender que unas imágenes basadas en lo mismo van a ser capaces de derrumbar la fe cristiana, vale ya!
Vale ya de publicidad gratuita, vale ya de polémicas a destiempo, vale ya de crear atmósferas raras, de enfrentamiento, de pensar que la masa es tonta (como el Luisma) y que no sabe mantener sus convinciones por muchas pelis o libros que nos vendan.

John Trent dijo...

No he leido el libro aunque el tema parece interesante. Respecto a la pelicula pues imagino que la vere, aunque Ron Howard tratando un tema de estos puede tirar para atras. Aunque claro, como no se como termina la historia en el libro tampoco puedo hablar mucho de Ron Howard, ya que lo mismo es un guion idoneo para el (espero que sea mas arriesgado).

Juan Muriel dijo...

primera incursion en tu pagina y he de decir que me ha parecido interesante, así que voy a poner un enlace en la mia.
Por cierto, el libro es malo, muy malo porque el final se lo carga. Pero es una historia muy cinematográfica, así que supongo será un exito de taquilla, aunque no creo que de critica.
saludos
www.4dejunio.blogspot.com

ZERO dijo...

yo me sigo preguntando por que no filmaron primero angeles y demosnio, me parecio mejor historia, Dan Brown es el unico que se plagia el solo.


saludos Doc.

MalditosTacones dijo...

Otro gran éxito comercial, qué bien, qué alegría.
Ojalá a alguien le diera por dirigir a la perdida Silke en la obra maestra, para mi gusto, de Anaïs Nin ("Fuego"), eso sí que no tendría desperdicio.
Sacaría entradas antes de que comenzaran el rodaje.

Salud Doctor...

Viola de Lesseps dijo...

A mí me pasó lo mismo que a a pesar de mi, me fue gustando, me fue gustando, hasta que la pifió con el final... Veré la peli, no lo dudo, pero sigue sin pegarme Hanks como Robert Langdom... no lo veo, no lo veo...

Roberto García dijo...

A mi el libro me entretuvo pero pensando en el como película solo me viene a la cabeza una películita de medio pelo...el casting no me gusta y mucho menos el señor Ron Howard, capaz de buenas cosas, pero tambien de otras no tan buenas.
Un Saludo

Anónimo dijo...

best regards, nice info nc 401k prudential Envision 17 tv lcd ford minivan freestar review 2006 subaru wrx sti

Anónimo dijo...

That's a great story. Waiting for more. » »

guillermo dijo...

un personaje soso a mi juicio demasiado ruido para el codigo davinci...